Tiempo para Pensar

A veces, cuando baja la tarde
y el cielo se queda quieto,
me entra una calma rara.
Y por un rato, me dan ganas de cambiar.

Cambiar lo que hago. Lo que espero.
Lo que tengo. Lo que aguanto.
Lo que imagino cuando no puedo dormir.
Lo que me trago, aunque no entienda.

Pienso en cambiar todo. O al menos algo.
Y después me doy cuenta de que quizá da lo mismo.
Que no todo está jodido.
Que todavía hay cosas que salvan, como nosotros.

Entonces sonrío un poco.
Me siento menos cargado.
Le doy una calada a mi porro.
Y abro un libro sin esperar nada.

Y con eso, a veces, alcanza.

Promedio: 4

Scroll al inicio