Diario Social

La absurda mañana de otra rutina laboral
termina siendo desgarradora para las ganas, para los anhelos.
La resaca de la melancolía madrugadora
nos devuelve la nostalgia exacta del despertador a las 06:30.

¿Cuánto más ofrendaremos hoy de aquellos sueños de infancia?
Le debemos siete vidas al sistema. Con intereses.
Sobrevivimos con la despensa a medias,
y un silencio largo al final de cada mes.

Hay causas perdidas que no admiten huida,
sólo miradas al pasado con una dosis precisa de resignación.

Nos levantamos después de haber sobrepensado todo,
y activamos el piloto automático sin consultar a nadie.
Silenciamos el pensamiento, apagamos la duda,
y damos pase a otra jornada implacable
en este ritual del diario social.

Promedio: 5

Scroll al inicio