Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.
Julio Cortázar | Queremos tanto a Glenda (1980)
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Y cuando todo el mundo se ibay nos quedábamos los dosentre vasos vacíos y ceniceros sucios,qué hermoso era saber que estabasahí como un remanso,sola conmigo al borde de la noche,y que durabas, eras más que el tiempo,eras la que no se ibaporque una misma almohaday una misma tibiezaiba a llamarnos otra veza despertar al nuevo día,juntos, riendo, despeinados.Julio Cortázar | Queremos tanto a Glenda (1980)