Crónica Insomne

Otra madrugada, y la cafeína deja rastros sobre el teclado.
La jarra se vacía sorbo a sorbo, como si bebiera también mi paciencia.
La nostalgia me sigue como perro flaco, viejo,
que no ladra, pero no me deja en paz ni un solo día.

Reemplacé los porros por vapor. Cambio inútil.
Sigo despierto, medio ido, espantando el silencio con música baja y pensamientos sueltos.
Llené un bloc de notas con frases que no guardé.
Palabras sin destino. El café, ya frío. Y los demonios, puntuales.

Al despertar, quizás se me pase esta tontería.
Me quedará la culpa. El tiempo perdido. Otro día desajustado.
La hierba se acaba más rápido cuando no hay horarios ni sentido.
Y el pago aún no llega.

Esa voz regresa. Siempre regresa. Susurra con fastidio.

—¿Cuándo vas a dejarlo?

Y yo, como siempre,
me quedo sin respuesta.

Promedio: 5

Scroll al inicio